*América Latina: ¿Delincuencia o terrorismo? El impacto de la nueva política de EE. UU.*

La reciente decisión del gobierno estadounidense de clasificar a los cárteles de la droga como "organizaciones terroristas extranjeras" ha generado un intenso debate en América Latina. Aunque la medida se aplicaría principalmente en territorio estadounidense, sus implicaciones podrían extenderse a nivel regional, especialmente en países como México, Colombia y Ecuador.  





**¿Qué significa esta clasificación?**  

Según expertos, la designación de los cárteles como organizaciones terroristas permitiría a Estados Unidos tomar medidas como el congelamiento de activos, la cancelación de visas y procesos judiciales contra quienes apoyen a estas redes dentro de su territorio. Sin embargo, esta decisión no otorga autoridad para intervenir militarmente en otros países.  

"Estamos hablando de redes criminales transnacionales que operan en múltiples países, como el Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación, las Maras y el Tren de Aragua", explica Juan Carlos Méndez, analista en seguridad internacional. "Pero la medida no tiene un alcance extraterritorial directo. Su impacto se limitaría a acciones dentro de Estados Unidos".  

**Lecciones de Colombia**  

La experiencia colombiana con el "Plan Colombia" en las décadas de 1990 y 2000 sirve como un precedente importante. Este programa, financiado por Estados Unidos, buscaba combatir el narcotráfico y la insurgencia armada. Aunque logró debilitar a algunos grupos, también dejó un legado de violaciones a los derechos humanos y no resolvió el problema de la producción de cocaína.  

"Colombia sigue siendo uno de los mayores productores de cocaína en el mundo, a pesar de los miles de millones de dólares invertidos", señala Laura Gómez, investigadora en políticas de seguridad. "Esto nos muestra que las estrategias punitivas no son suficientes para abordar las raíces del problema".  

**Militarización y derechos humanos**  

En América Latina, la respuesta al crimen organizado ha tendido hacia la militarización. En Ecuador, por ejemplo, se declaró un estado de excepción en varias provincias tras un aumento de la violencia relacionada con el narcotráfico. En Perú, se ha propuesto clasificar delitos como la extorsión y el sicariato como "terrorismo urbano".  

"La militarización puede tener consecuencias graves para los derechos humanos y las democracias en la región", advierte Gómez. "Además, estas medidas suelen afectar a los eslabones más débiles de la cadena criminal, mientras que los líderes y las estructuras financieras permanecen impunes".  

**Presión política y desafíos regionales**  

Algunos analistas ven la medida de Estados Unidos como una forma de presionar a los gobiernos latinoamericanos para que intensifiquen sus esfuerzos contra el crimen organizado. Sin embargo, también existe el riesgo de que estas políticas exacerben los problemas existentes, como la migración forzada y la debilidad institucional.  

"La gran pregunta es si estas estrategias realmente contribuyen a reducir el consumo de drogas y la violencia en la región", afirma Méndez. "La historia nos ha demostrado que, sin un enfoque integral que aborde las causas sociales y económicas del problema, es poco probable que tengamos resultados sostenibles".  

En medio de este debate, América Latina enfrenta el desafío de encontrar un equilibrio entre la seguridad y el respeto a los derechos humanos, mientras lidia con las presiones políticas y económicas de una de las potencias más influyentes del mundo.  

*Este artículo es una reflexión sobre los desafíos actuales en América Latina y no pretende replicar contenido protegido por derechos de autor. Su objetivo es informar y generar discusión sobre un tema de relevancia regional.*

*Por: Eliseo Bacilio Checo*  
*31 de enero de 2025*  

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