El proceso para la reforma al Código Penal dominicano, una legislación que data de 1884, parece haber caído una vez más en el olvido, marcando otro ciclo en el que se pospone su aprobación. Tras más de dos décadas de discusión y con varios cambios de legisladores, la propuesta sigue sin llegar al Poder Ejecutivo para su promulgación. La última ocasión en que el proyecto estuvo a punto de ser aprobado fue en la primera legislatura ordinaria del cuatrienio 2024-2028, pero de nuevo, no logró superar las diferencias entre los congresistas.
Con una mayoría significativa del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y sus aliados, el Congreso Nacional ha centrado sus esfuerzos en avanzar con la agenda oficialista, relegando otras reformas, incluida la del Código Penal, que se quedó a un paso de su aprobación. A pesar de que solo necesitaba una segunda discusión para ser convertido en ley, una vez más, el proyecto pasó a un nuevo periodo legislativo sin éxito.
¿Por qué sigue fallando la reforma?
Esta es la cuarta vez en los últimos cinco años que se retrasa el proyecto de reforma al Código Penal. La falta de consenso ha sido el principal obstáculo, especialmente en temas que siguen generando intensas discusiones entre los legisladores. El Código Penal, que se mantiene en su versión original desde su promulgación, ha quedado obsoleto frente a las demandas de una sociedad que exige cambios.
En su última versión, uno de los puntos más conflictivos fue la despenalización del aborto en tres causales: cuando la vida de la mujer esté en peligro, en casos de violación o incesto, y en aquellos donde el embarazo sea inviable debido a malformaciones incompatibles con la vida. A pesar de que algunos diputados habían respaldado esta medida, la falta de acuerdo con otros sectores políticos llevó a que la reforma no pudiera ser aprobada.
Una reforma aún pendiente
Además de la despenalización del aborto, el proyecto de reforma al Código Penal contemplaba la adición de nuevos delitos, como el terrorismo, sicariato, genocidio, feminicidio, tráfico de órganos, violencia de género, entre otros. También incluía medidas específicas sobre la protección de datos personales, abuso infantil, y delitos relacionados con nuevas tecnologías. Sin embargo, los debates sobre estos temas, especialmente el aborto y la influencia de grupos externos como la Embajada de Estados Unidos, han desviado el foco de la discusión, dificultando la posibilidad de llegar a un acuerdo.
La falta de consenso y la agenda del oficialismo
Con la mayoría del PRM en ambas cámaras del Congreso, la reforma al Código Penal sigue siendo una prioridad menos urgente en comparación con otros proyectos de ley impulsados por el oficialismo. En los últimos meses, se han logrado avances significativos en áreas como la reforma constitucional y las reformas fiscal y laboral, que han recibido mayor atención y consenso entre los legisladores.
Los representantes de la oposición, como los del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y la Fuerza del Pueblo (FP), han manifestado su descontento con la rapidez con la que se están aprobando algunos proyectos, pero su falta de fuerza para contrarrestar la mayoría del PRM ha complicado el avance de otras reformas importantes, como la del Código Penal.
Un futuro incierto para la reforma
El proyecto de reforma al Código Penal seguirá pendiente en el Congreso, con nuevas fechas para su discusión programadas para las siguientes sesiones legislativas. No obstante, el camino hacia su aprobación parece aún lleno de obstáculos, y el consenso entre los legisladores es más necesario que nunca. Sin una actualización adecuada del marco legal, el sistema judicial dominicano continuará operando bajo normas que no responden a las realidades y necesidades de la sociedad moderna.
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