Este domingo 2 de marzo de 2025, la violencia en la Franja de Gaza se intensificó nuevamente tras el fin de la primera fase del acuerdo de alto el fuego, con al menos cuatro personas muertas y doce heridas en diferentes ataques aéreos y de artillería israelíes. Los bombardeos, que tuvieron lugar tanto en el norte como en el sur del enclave palestino, dejan un saldo de víctimas mortales y una creciente preocupación por la escalada del conflicto.
Según fuentes del Ministerio de Sanidad de Gaza, los ataques israelíes fueron dirigidos a varias áreas clave de la región. Dos personas murieron en un ataque con dron en la localidad de Beit Hanún, en el norte de Gaza, mientras que otra mujer perdió la vida en un ataque aéreo en Jan Yunis, al sur del enclave. Además, un joven palestino fue alcanzado por un francotirador israelí mientras se encontraba en el tejado de su casa en Rafah, en el extremo sur de Gaza.
La Media Luna Roja Palestina informó que sus equipos de emergencia trasladaron a tres de las víctimas fatales y a varios heridos al hospital, entre ellos, dos fallecidos en Beit Hanún, un fallecido y un herido en Jan Yunis, y dos heridos en Rafah. Las autoridades sanitarias de Gaza han identificado a los muertos como Hudhayfah y Mohamed al Masri, en Beit Hanún; Wafa Fasifas, en Jan Yunis; y Mahmud Medhat Abu Harb, en Rafah. La gravedad de los ataques ha dejado a la población local sumida en el miedo, con hospitales y centros de salud bajo una presión creciente debido al número de heridos.
Israel justifica los ataques en Gaza
El ejército israelí reconoció ser responsable de los ataques aéreos en el norte de Gaza, indicando que había detectado "sospechosos" en las cercanías de sus tropas, quienes, según ellos, estaban plantando artefactos explosivos. En un comunicado, las Fuerzas Armadas de Israel explicaron que para neutralizar la amenaza, la Fuerza Aérea israelí había lanzado el ataque. Sin embargo, no se ofrecieron detalles adicionales sobre la identidad de los objetivos ni de la naturaleza de los "sospechosos" a los que se referían.
Este recrudecimiento de la violencia se produce en un momento de alta tensión, ya que la tregua, que entró en vigor a mediados de enero de 2025, ha mostrado señales de desgajarse debido a las acusaciones mutuas de violaciones y la falta de acuerdos en las fases sucesivas. Mientras tanto, la comunidad internacional sigue llamando a ambas partes a la calma y a la plena implementación del alto el fuego, lo que parece cada vez más complicado con los recientes enfrentamientos.
Advertencia de Netanyahu: "No habrá más 'comidas gratis'"
En paralelo a los ataques, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, intensificó su retórica contra Hamas, advirtiendo que el grupo islamista no podrá seguir disfrutando de los términos del acuerdo de alto el fuego sin asumir responsabilidades adicionales, como la liberación de rehenes. En una reunión de su gabinete, Netanyahu señaló que el grupo armado "tiene el control de todos los suministros y bienes enviados a Gaza" y acusó a Hamas de usar la ayuda humanitaria como un "presupuesto terrorista".
Netanyahu también suspendió la entrada de ayuda humanitaria a Gaza, afirmando que la organización militante estaba "abusando" de la situación y transformando los esfuerzos de asistencia en una fuente de financiamiento para sus operaciones. Según el primer ministro israelí, cualquier intento de continuar el alto el fuego o de beneficiarse de la ayuda sin cumplir con las demandas de liberar a los rehenes sería "un grave error".
Consecuencias de la crisis humanitaria
La situación en Gaza sigue siendo crítica, con miles de personas desplazadas y una gran cantidad de muertos desde el inicio de los enfrentamientos. La interrupción de la ayuda humanitaria complica aún más las condiciones de vida de los civiles palestinos, que ya enfrentan un bloqueo prolongado y una crisis económica devastadora. Las organizaciones internacionales y las agencias de derechos humanos han expresado su preocupación por el impacto de las sanciones y ataques sobre la población más vulnerable, mientras que las tensiones en la región continúan siendo un tema de debate global.
La incertidumbre sobre el futuro del acuerdo de alto el fuego y la escalada de la violencia generan un panorama sombrío para las perspectivas de paz en la región. Sin embargo, aún existe esperanza de que las partes puedan llegar a un entendimiento que permita una tregua duradera y la reactivación de la ayuda humanitaria, que sigue siendo crucial para aliviar el sufrimiento de los afectados por el conflicto.
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